La emblemática torta de agua poblana
Por: Delia Fonsi
El emblemático pan de Puebla, “la torta de agua” es único en su tipo en todo México, un pan salado que se consume principalmente en la capital y municipios cercanos, en el resto se come bolillo o telera. Es un derivado del birote francés, el cual comenzó a elaborarse en varias ciudades de México en el siglo XVI, pero ninguna versión como la de Puebla.
Los poblanos desarrollaron una técnica para hacer un pan dorado, crujiente, con amasado ancestral, con sabor único, con consistencia similar a la de antiguas panaderías europeas. Me atrevería a decir en mi experiencia de haber vivido en ambas ciudades, que en la capital de Puebla, se comen más cosas en pan, que en la CDMX.
Con la torta de agua se comen los chiles enogada, chalupas, chilaquiles, frijoles, tamales, ayocotes, huevo, mole, pipian, chiles rellenos, tinga, milanesa, pata, papa con rajas, es decir cualquier guiso, todo se puede comer con torta de agua, la tortilla es totalmente sustituible por este delicioso pan, y se puede encontrar tanto en panaderías como en las mismas tiendas.
En su momento igual que la cemita, la torta de agua y de manteca eran de las clases pobres de la capital, que funcionaba muy bien para poner de almuerzo a los hijos o esposos trabajadores, y en cuyo contenido, igual que en nuestros días, podría ir cualquier cosa, nata, frijoles, carne, etc.
Puebla también tiene otros panes emblemáticos como la chancla, la misma cemita, la pelona, el pan de queso de la sierra norte, el pan de galleta crujiente de Huahuchinango o el pan de burro de la sierra mixteca.
Definitivamente, como el pan de agua no hay otro, y que se coma con tantas cosas, tampoco.
Foto tomada de internet